Coma-Caca
En la Frase del Día seleccionada hoy en symp.es: «Si repites una mentira lo suficiente, se convierte en verdad», una cita atribuida erróneamente a Joseph Goebbels, Ministro de Instrucción Pública y Propaganda del III Reich.

«Coma-Caca. Millones de moscas no pueden estar equivocadas.»

Estampada con letras que imitaban la tipografía del refresco más famoso del mundo, esta leyenda de los años 70 continúa estando de actualidad y resucita de vez en cuando en forma de meme o de merchandising.

«Coma-Caca» remite a un tipo de falacia conocida como argumentum ad populum, donde lo que hace u opina la mayoría, ya sea veraz o falso, se considera criterio suficiente para darle validez.

Es obvio que el argumento no aplica para nuestra dieta, aunque trillones de larvas de mosca vengan comiendo caca, repetidamente, generación tras generación, desde hace más de 250 millones de años; allá por mediados del Pérmico.

A pesar de que el «Coma-Caca» viene repitiéndose en gorras, camisetas, pegatinas y memes de Internet me atrevería a asegurar que nadie lo ha puesto en práctica tras haberse dejado convencer por este argumento.

Sin embargo, con otros muchos, las personas caemos como moscas.

Palabra de Goebbels

Hoy, que algo falso se publique en Internet, produce un efecto similar: se replica y se multiplica hasta parecerse a una certeza.

Cantidad de ‘verdades’ expresadas en posts, blogs, grandes medios e inteligencias artificiales adquieren la pátina de veracidad que les da verse tantas veces replicadas. Y esa capa se superpone la de otra falacia: el argumentum ad verecundiam. Concedemos más veracidad al argumento, sea o no cierto, porque lo avalamos con la supuesta autoridad de su procedencia.

Esto explica cómo la cita de hoy se siga atribuyendo a Joseph Goebbels, Ministro de Instrucción Pública y Propaganda del Reich, cuando no existe constancia documental.

Goebbels parecía creer realmente en lo que predicaba. En una conferencia formativa para miembros del partido nacionalsocialista que impartió en la “Escuela de Política” vino a decir que su objetivo era ganarse a la gente «para aquello que he comprendido como verdadero», «persuadir a la gente de lo que pensamos que es correcto». Era el año 1928; cinco años después Hitler se hacía con el poder, abolía derechos constitucionales y prohibía el partido social demócrata.

Goebbels como Hitler, quien también lo expresa en «Mi lucha», conocían el poder de la propaganda y sabían el valor de hacer llegar aquello que creían a la mayor cantidad de gente posible, en tiempo y lenguaje que cada cual lo entendiera, lo hiciera suyo y no se preguntara aquello que nos decían nuestras madres…

Y si tus amigos se tiran por un puente… ¿vas tú detrás?

Mi madre, tu madre, su madre…

Queda dicho

Como en la geología, el asentamiento de falsas verdades es cuestión de la presión y del tiempo. Lo que viene a ser: cuánta gente expresa esa ‘verdad’, qué peso específico tienen en la sociedad por su volumen o autoridad, y desde cuándo vienen repitiéndolo.

Cuando pensamos, lo hacemos usando mentalmente palabras y frases. Elementos ambos con los que nacimos y nos educamos. Decía el filósofo Jacques Derrida que fuera de eso nada existe: «nada hay fuera del texto». No podemos pensar sin el lenguaje. Mucho menos hablar y escribir; comunicar nuestros pensamientos a los demás.

Puesto que accedemos a la realidad a través del lenguaje, es ese lenguaje adquirido –lo que decimos y cómo lo decimos– el que modela nuestra realidad. Podemos ser los constructores de nuestra realidad, pero los materiales, los ladrillos y el cemento son los de otros. Pocos se plantean usar otras cosas; pensar fuera de esa caja. Darle otro significado a cada palabra parece imposible.

Así creemos, por ejemplo, que todo tiene un opuesto. Y que lo que es diferente está siempre supeditado a lo idéntico, cuando la verdad es que no hay una verdad única e incuestionable. Más bien ideas que prevalecen sobre otras. Ideas que se instalan como verdaderas dependiendo del poder o el volumen de quien las dice, multiplicado por el tiempo que las viene soportando.

Somos lo que no somos (2)

En la canción “Dual”, de Mo’Shu, se canta «El dualismo es habitual en nuestro entorno necio, nos movemos sin querer entre dos extremos». «Todo es dual».

Y cuando un colectivo, un género, una élite toma posesión de las normas que rigen el lenguaje, su idea de la realidad constituye la realidad de todos: lo que es aceptable o no, quién vale o quién no… si ‘mujer’ es solo aquello que ‘no es hombre’.

Nuestra realidad o sociedad, llámese como se prefiera, se construye sobre el racismo, la ideología, el neoliberalismo, la herejía, el machismo, la heteronormatividad, la falogocracia…

También en «Dual» se canta: «derribar para volver a construir». Derrida propone llegar a ello mediante su “deconstrucción”. Mirando a mi alrededor físico y digital veo que poco permeó, parece, aquella enseñanza de los Electroduendes «Hay que desenseñar a desaprender cómo se deshacen las cosas».

Parece enrevesado… pero si lo piensas, y dejas que te zumbe en la cabeza, y te incomode como un mosquito… quizás veas que donde solo hay dos puede haber, mínimo, tres.

Más, con el aceleramiento de la vida de hoy, el proceso de escuchar-razonar-opinar va tan atropellado que saltamos del oír al decir, omitiendo el pensar y dando crédito a veces a las falacias que se comentaban al principio, contribuyendo a replicarlas al opinar.

Pero las opiniones son como el colon. Cada cual tiene lo suyo y conviene revisárselo con regularidad.

P.S.: En nuestra playlist, canciones de La Bola de Cristal. No encontrarás la canción «Dual» de Mo’Shu. Tendrás que escucharla en YouTube.

También te puede interesar
El porqué de las cosas

El porqué de las cosas

Frase del Día en symp.es: «La filosofía no es un lujo sino una necesidad», de la filósofa Mary Midgley, en su libro «Bestia y hombre: Las raíces de la naturaleza humana»

Agitados, no batidos

Agitados, no batidos

Frase del Día en symp.es: «Vive y deja vivir» Proverbio holandés referido por Gerard Malynes en su obra de 1622 «Consuetudo, Vel. Lex Mercatoria»